7 de Marzo Día Nacional de la Salud Pública

AdministradorArchivo

Presentamos un proyecto de declaración para instituir el día 7 de Marzo como Día de la Salud Pública, en conmemoración del natalicio del primer Ministro del área de la Nacional, Dr. Ramón Carrillo.

DIA NACIONAL DE LA SALUD PÚBLICA

ARTICULO 1° — Instituyese el 7 de MARZO como Día Nacional de la Salud Pública, en conmemoración del natalicio del primer Ministro del área de la Nación, Dr. RAMON CARRILLO.

ARTICULO 2º — A tal efecto, para conmemorar la fecha, se procederá, a través de los organismos correspondientes, a realizar actividades de concientización y prevención de la Salud Publica en todos los centros de salud del ámbito público.

ARTICULO 3º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

 FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Solo mencionar a Ramón Carrillo, primer Ministro de la especialidad en 1949, Secretario de Salud desde 1946, durante la Primera Presidencia del General Perón, nos remite a la piedra angular de nuestro Sistema de Salud Publica.

Nacido en Santiago del Estero el 7 de marzo de 1906, recibió de su padre, Ramón Carrillo Saavedra la influencia humanística, y a través de él, comprendió la realidad de miles de criollos argentinos sin trabajo que debían mandar a sus hijos a la escuela después de almorzar sólo “queso de cabra con mazamorra”. Fue un brillante estudiante, desde sus años del secundario, donde aun se recuerda su tesis sobre el caudillo santiagueño, Juan Felipe Ibarra.

En 1924 ingresa a la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires. Siendo estudiante es designado practicante externo del Hospital Nacional de Clínicas, redactor de la Revista del Circulo Médico Argentino y del Centro de Estudiantes de Medicina, donde comienza a publicar sus primeros trabajos científicos. Termina la carrera en el año 29, con apenas 23 años y recibe la beca universitaria de Buenos Aires para realizar estudios de Posgrado en la Universidad de Amsterdam. Viaja a Europa en 1930, perfeccionándose en centros académicos y científicos de Amsterdam, Paris y Berlín. Regresa al país con una especialización en Neurocirugía.

A su regreso, Carrillo organiza el laboratorio de Neuropatología en el Instituto de Clínica Quirúrgica. En el año 1939 dirige el Servicio de Neurología en el Hospital Militar Central. Asimismo se dedica a la docencia universitaria, siendo profesor titular de la cátedra de Neurocirugía de la Facultad de Medicina (UBA) desde 1941, y profesor de historia argentina e historia de la civilización en distintas escuelas secundarias. Ya en esa época Ramón Carrillo se había consolidado como un prestigioso neurocirujano de fama mundial, había ganado el Premio Nacional de ciencias en 1937, y era autor de varias obras especializadas en anatomía patológica, anatomía comparada, clínica neurológica, etc.

En el año 1946 asume Juan Domingo Perón como Presidente de la Nación. La acción gubernamental en el área de Salud Pública tuvo un alcance inédito en el país y quedó asociada a la figura del Dr. Ramón Carrillo, su principal impulsor. En seguida de asumir como presidente, Perón designó su gabinete y creó tres nuevas carteras: las Secretarías con rango de Ministerio. De Trabajo y Previsión, de Aeronáutica,

Industria y Comercio y la de Salud Pública, la cual Carrillo consiguió que posteriormente el Presidente promoviera a la jerarquía de Ministerio.

El Dr. Carrillo se ocupó de la Salud Pública de la Argentina desde 1946 hasta 1954. Bajo la conducción de Carrillo, el Gobierno de Perón se apoyó en los principios filosóficos de planificación en Salud y Seguridad Social.

Al asumir al frente de la Secretaría, Carrillo se encuentra con falta de camas y hospitales, poco personal técnico, bajos sueldos, déficit de abastecimiento en rubros elementales, ausencia de sistema administrativo, inexistencia de seguros sociales, entre otras cosas. También es de resaltar los altos índices de mortalidad infantil, la tuberculosis que diezmaba a las poblaciones rurales y el paludismo, la fiebre amarilla y el mal de Chagas que sufrían varias de las provincias argentinas. Esta situación caótica fue la que lo llevó a poner en marcha una etapa de transformaciones.

En su discurso de asunción, Carrillo expone que: “En cuanto a la medicina preventiva ella solo beneficia, hoy por hoy, a muy pequeños grupos de población, siendo así que debe dirigirse a grandes masas humanas y actuar, permanentemente, en su mismo medio. La solución que acabo de apuntar requiere un plan nacional y la acción exclusiva de un organismo estatal poderoso”.

La política de Salud Pública inspirada en esta visión integradora, que aspiraba a tratar la población de todo el país como un todo, se tradujo en un mejoramiento rápido y global de la salud de la población, consiguiendo que en los 9 años de la gestión de Carrillo, el servicio de Salud Pública casi se duplicara y que el número de camas en los hospitales tuviera un incremento de 98, 3%.

Esto fue posible por la fuerte inversión en la construcción de Centros de Salud, Hospitales y Puestos Sanitarios. Una concepción novedosa fue la “Ciudad Hospital”, que consistía en un grupo de pabellones o unidades hospitalarias especializadas y técnicamente independientes, pero centralizadas administrativamente, para optimizar eficiencia y disminuir costos. Durante su gestión se crearon 4229 establecimientos sanitarios, con 130.180 camas.

El gobierno también lucho con gran empeño para erradicar las enfermedades endémicas a través de las campañas masivas y de alcance nacional, actividad central en la gestión de Carrillo. El consideraba  que mientras no hubiera una buena organización social en el país, los enfermos pobres estarían más expuestos a la enfermedad, debido a la alimentación deficiente e insuficiente, la vivienda insalubre, la ignorancia sanitaria y el trabajo en lugares o ambientes malos, los deportes no controlados y finalmente, el pauperismo y los bajos salarios. Estaba convencido de que estos factores eran los verdaderos generadores de enfermedades, y que podían provocar tantas muertes como los microbios.

 

 

 

 

En su gestión, el paludismo fue eliminado casi en su totalidad, al igual que la sífilis, la lepra, la tuberculosis y la difteria, así como hubo una

disminución drástica de la mortalidad infantil. Otra de las tareas a las que Carrillo asignaba gran importancia fue la de la educación sanitaria de la población, que debía presentar sus certificados de vacunación para realizar diversos trámites administrativos.

 

Según Ramón Carrillo, “Los problemas de la medicina como rama del Estado no pueden resolverse si la política sanitaria no está respaldada por una política social. Del mismo modo no puede haber una política social sin una economía organizada en beneficio de la mayoría”.

 

Al poco tiempo de asumir como Ministro de Salud Pública de la Nación elabora el “Plan Analítico de Salud”, obra maestra del Sanitarismo de más de 4000 fojas, y la “Teoría del Hospital Vacio”, que abogaba por la prevención como mecanismo para mantener una población saludablemente activa.

 

Su política sanitaria estaba fundada en tres principios: 1.Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la sanidad; 2. No puede haber política sanitaria sin política social; 3. De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo por medio de dispositivos adecuados.

 

El Plan establecía dos principios fundamentales de planificación. El primero era la centralización normativa, en el cual se obligaba a la unificación de definiciones, criterios, regímenes de trabajo, normas sobre administración de fondos, economatos, depósitos, personal, contrataciones y contabilidad patrimonial; así como a la unificación de procedimientos y a la tipificación de planillas, formularios, muebles, etcétera. También se iniciaron tratativas para acordar con las provincias y municipalidades un solo tipo de organización hospitalaria y un mínimo de la cantidad y calidad de las prestaciones. El segundo principio de planificación era la descentralización ejecutiva, la cual en la práctica dio lugar a la participación directa, tanto de grandes Hospitales como de modestas Postas Sanitarias, cada uno dentro de su radio de acción, en tareas concretas de defensa de la salud popular. Para ello, Carrillo dividió el país en grandes áreas geográficas, delegando gradualmente funciones y atribuciones técnicas y administrativas en distintos niveles, lo que le permitió multiplicar los organismos de ejecución del Plan. Dentro de las normas y medios para implementar los procedimientos y acciones administrativas y técnicas detalladas en el Plan debe agregarse la Teoría del Hospital. Este compendio doctrinario contiene los principios orgánicos sobre la conformación arquitectónica, técnica y administrativa del Hospital moderno. Sin embargo, Carrillo advertía que «los hospitales no se organizaban a base de libros, ni a conocimientos estrictamente técnico-médicos, sino principalmente al conocimiento de la problemática social de la población que el establecimiento va a servir, y de la política sanitaria que se ha trazado un gobierno».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante los 8 años de la gestión de Ramón Carrillo al mando de la cartera de Salud Pública se institucionaliza una concepción propia de la Medicina Social. En el primer Plan Quinquenal de Desarrollo (1947-1951) se sancionan las leyes de sanidad pública y de construcción, habilitación y funcionamiento de servicios de salud. A través de estas leyes se garantiza la financiación y sostenibilidad de los servicios públicos para ofrecer asistencia médica, completa y gratuita al 65% de la población argentina que era considerada no pudiente y para ofrecer servicios a tarifas reducidas a otro 20% de la población en mejor posición económica.

 

Resulta difícil describir la obra de Carrillo de modo completo, quien fue perseguido, difamado y exiliado en Brasil luego del sangriento Golpe de

Estado de 1955. En Belem, Estado de Pará, trabajó en el Hospital Santa Casa de la Misericordia y como médico rural. Vivió allí al límite mismo de la miseria, como consta en su correspondencia de época. Luego de una larga enfermedad falleció a los 50 años el 20 de diciembre de 1956.

Solo pretendemos, en honor a quien fundó, dio las bases y enseño como era el Sanitarismo en Argentina, que el día de su natalicio sea la referencia insoslayable de nuestro sistema sanitario.