Solicitada publicada en el diario Página/12. Para ver el listado de firmantes completo y sumar su adhesión, click aquí.
Los abajo firmantes, integrantes del sistema científico-tecnológico y universitario argentino, queremos expresar nuestra preocupación por una serie de acciones del gobierno del Presidente Mauricio Macri. Lo hacemos con la premisa de que tanto la práctica como la gestión de la ciencia y la tecnología no son ajenas a las acciones generales de gobierno, al modelo económico-social y al funcionamiento del sistema democrático. Nuestra tarea cotidiana se construye sobre las bases del pensamiento crítico, por lo cual no podemos mirar para el costado frente a medidas que apuntan a generar una restauración conservadora en nuestro país, que eche por tierra conquistas sociales y populares e instale un discurso adormecedor de conciencias.
Comprobamos que, tal como fue anunciado sin tapujos, se han tomado medidas como la devaluación de nuestra moneda que, combinada con la eliminación de retenciones a las exportaciones agrarias e industriales, implica una gigantesca transferencia de fondos a los sectores concentrados de la economía. Sentimos en forma directa el descenso del poder adquisitivo de nuestros salarios y percibimos signos preocupantes que muestran que el camino a su recomposición sobre la base de paritarias libres será arduo. Condenamos que quienes se anunciaban como los defensores de la democracia y el pluralismo den vía libre a la brutal represión policial ejemplificada por los hechos de Ezeiza (22/12/15) y La Plata (8/1/16), conjugadas más recientemente con la encarcelación de dirigentes populares con el claro fin de amedrentar la protesta social. Nos indigna el uso y abuso de Decretos de Necesidad y Urgencia para burlar el sistema democrático anulando de un plumazo leyes de la Nación, como la de Servicios de Comunicación Audiovisual, a espaldas del Poder Legislativo. Nos subleva el intento de designar jueces de la Corte Suprema de Justicia mediante un decreto y la persecución ideológica llevada a cabo en organismos del Estado con el fin de exonerar o no renovar contratos a trabajadores, en un claro revanchismo que disfraza ajuste con purga de supuestos ñoquis y militantes. Repudiamos descalificaciones típicas de un gobierno elitista que llama «grasa» a los sectores populares y gobierna para beneficio de los privilegiados. Nos alarma que se reciba en pie de igualdad respecto de los organismos de derechos humanos, a familiares de represores de la última dictadura militar. Lamentamos el levantamiento de programas televisivos y radiales, tanto de medios públicos como privados, que expresaban una clara voz opositora al actual gobierno. Nos parece intolerable que el decreto que declara la supuesta emergencia en seguridad se legisle en materia penal imponiendo medidas tan cuestionables como la ley de derribo.
En el terreno específico de la ciencia y la tecnología, vemos con suma preocupación los despidos, no sólo de puestos administrativos sino también técnicos, de trabajadores de la empresa nacional ARSAT, emblema de un desarrollo científico-tecnológico independiente y generador de puestos de trabajo calificados. También vemos con preocupación que tanto la devaluación como las promesas de liberar las importaciones generen condiciones para acentuar la dependencia y obstruir los procesos de generación local de tecnología que promueve educación, creación de puestos de trabajos de calidad e inclusión social, con el peligro de que las corporaciones transnacionales decidan qué se produce en el país y qué se importa.
No hay duda de que el nombre de la alianza gobernante es adecuado: Cambiemos. Lo que no es celebrable para nosotros es la dirección del cambio. Se trata de un cambio regresivo que, usando como instrumento mediático la demonización del kirchnerismo, ataca los ideales, acciones y conquistas de transformación social de sentido popular de vastos y más amplios sectores. No podemos ser ingenuos y pensar que las mencionadas arriba son medidas aisladas. Todo indica que forman parte de un plan, de un iceberg del que, en poco más de un mes, hemos visto sólo la punta; un proyecto que no es el nuestro pero que tampoco es el que previó un gran porcentaje del 51% de la población que votó por el actual gobierno.
Llamamos a nuestros colegas y en general a la comunidad científica, tecnológica y universitaria a reflexionar profundamente sobre estos temas y a mantenernos alerta y unidos para defender los logros de la democracia y no volver atrás.