Entrevista con el diario La Nación
La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) podría tener un impacto directo en el reclamo de soberanía de la Argentina sobre las islas Malvinas. Así lo cree el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Daniel Filmus, quien en una entrevista con LA NACION dijo que el Brexit podría beneficiar a la Argentina debido al reordenamiento que ese divorcio puede generar en los apoyos internacionales que tiene nuestro país en la disputa.
Filmus, que asumió su cargo en la Cancillería luego de que Alberto Fernández ordenara volver a crear la secretaría dedicada a las Malvinas, también criticó el acercamiento que hubo con el Reino Unido durante la gestión de Mauricio Macri. «Bajó la intensidad del reclamo», afirmó. En ese sentido, agregó, el Gobierno revisará «todos» los acuerdos que se concretaron con Londres en los últimos años vinculados al archipiélago, incluidos los vuelos.
-¿Qué herencia dejó el macrismo en la cuestión Malvinas?
-El gobierno anterior bajó la intensidad del reclamo de soberanía. No lo llevó a todos los espacios multilaterales adonde la Argentina debería haberlo llevado. Vamos a revisar todos los trabajos que se venían haciendo con el Reino Unido, pero no vamos a tomar ninguna medida intempestiva. En algunos casos se resolvió dar continuidad, como en el de la identificación de soldados, que habíamos iniciado durante nuestra gestión, en 2010, y que el gobierno de Macri continuó.
-¿Qué temas revisará?
-Estamos todavía en una etapa de evaluación de todos los temas en los cuales se avanzó, como el de pesca y el de los vuelos.
-¿Podría haber cambios en los vuelos?
-Estamos analizando el tema.
-¿Qué pasará con la exploración de hidrocarburos?
-La Argentina avanzará en todos los aspectos que no signifiquen la apropiación de parte de los británicos de los recursos naturales que son argentinos. Vamos a continuar con todas las denuncias judiciales sobre las empresas que están explorando hidrocarburos en la región y defendiendo nuestros intereses en la pesca que se está haciendo en territorio nuestro. Las Malvinas y las aguas circundantes son tan argentinas como el Obelisco.
-El Reino Unido reclama que se levanten las sanciones a las empresas que operan en el archipiélago, algo que está planteado en la declaración conjunta que los países firmaron en 2016.
-Las sanciones no dependen de un gobierno. Hay una ley que dice que está prohibido explotar hidrocarburos en la plataforma continental argentina sin autorización del Gobierno. Nosotros no consideramos el comunicado conjunto un acuerdo, porque para que lo sea tiene que pasar por el Congreso, y no pasó. Lo que dice la declaración es que se levantarán todas las trabas que impiden el desarrollo del Atlántico Sur. Para nosotros, la principal traba que impide el desarrollo es la apropiación ilegítima de las islas por parte del Reino Unido.
-¿Cuánto influye el Brexit en el reclamo argentino?
-Hace poco, el Reino Unido enfrentó una votación en la ONU por el caso del archipiélago de Chagos. Es interesante ver cómo los países europeos cambian su mirada: prácticamente no tuvo apoyos. Esa decisión indicó que el Reino Unido tenía seis meses para abandonar el archipiélago y restituírselo a la isla Mauricio. Pasaron siete meses y no lo ha hecho. El Reino Unido desoye lo que dice la Asamblea, pero el Brexit provocó giros en la política europea. Eso se ve también en declaraciones europeas en el tema de Malvinas y de Gibraltar [cuya soberanía es reclamada por España].
-¿El Brexit puede beneficiar el reclamo argentino?
-Podría decirse, sí. Los efectos todavía los desconocemos, pero está claro.
-¿Qué relación espera tener con los isleños?
-La Argentina siempre trata de tener la mejor relación con los isleños y vamos a hacer un esfuerzo para que así sea. Nosotros desconocemos el gobierno ilegítimo de las islas Malvinas, pero la ONU dice que la resolución del diferendo tiene que ser teniendo en cuenta los intereses de los isleños. La Constitución nacional dice que la recuperación de la soberanía tiene que ser respetando su modo de vida. Intentaremos que esto sea así.
-La semana pasada se reunió con el Comité de Descolonización de la ONU y con la jefa de gabinete del secretario general. ¿Qué resultados obtuvo?
-Fue positivo. Una vez por año se reúne la mesa de conducción del comité con cada uno de los casos que tiene que estudiar. En el nuestro, solo con la Argentina, porque el Reino Unido no se presenta. Todos los que participan de la reunión plantearon la necesidad de cumplir la resolución 2065 [que insta a los países a negociar]. La Argentina confía en que la ONU tiene que generar las condiciones para que exista ese diálogo. Le pedimos al Comité que en la próxima reunión no solo reafirme la posición de las Naciones Unidas, sino que también dé resultado la gestión de buenos oficios que le pedimos al secretario general [para que intervenga]. A María Luiza Ribeiro Viotti [la jefa de Gabinete] le insistimos sobre este tema en concreto. También planteamos que se cumpla la resolución 3149, que es la que más nos preocupa en este momento. Dice que ninguna de las dos partes puede tomar decisiones unilaterales en la zona de diferendo. El Reino Unido tiene una base militar, la más grande al sur del paralelo 50 en el Atlántico Sur, lleva adelante la búsqueda de hidrocarburos y hace una depredación de los recursos pesqueros, condicionando fuertemente el medio ambiente.
-Pese a todos los esfuerzos diplomáticos desde hace décadas, aún no hay resultados. ¿Cuál es la salida?
-Estamos orgullosos de que la democracia argentina haya decidido que el único camino para recuperar la soberanía sea la diplomacia y la paz. Vamos a seguir reclamando por esa vía. Estamos seguros de que la condena mundial para ponerle fin al colonialismo en algún momento va a terminar con esta situación, así como va a terminar con los casos de Chagos y Gibraltar.
-¿Es compatible el deshielo que hubo en el vínculo bilateral con el Reino Unido en los últimos años con la suba del tono del reclamo por la soberanía?
-Apostamos a que las relaciones se fortalezcan, pero no a costa de la discusión de la soberanía.
Por: Alan Soria Guadalupe.