Por primera vez en su historia, el CONICET reparó y reconstruyó los legajos de ocho integrantes del organismo víctimas del terrorismo de Estado

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A su vez, se reconoció a quienes fueron cesanteados/as, exonerados/as, exiliados/as, dados/as de baja y quienes se les impidió continuar con sus investigaciones. Del acto participaron, Alberto Fernández, Presidente de la Nación, Presidencia y Directorio del CONICET, ministros y ministras nacionales, directores/as del CONICET de todo el país, autoridades y representantes de Universidades Nacionales y organismos de ciencia y tecnología, y referentes de Derechos Humanos.

Buenos Aires, 24 de marzo de 2022 – En un acto realizado en el Centro Cultural de la Ciencia (C3), en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) entregó los legajos reparados y/o reconstruidos a los familiares y allegados/as de ocho miembros de la comunidad del Consejo que fueron detenidos/as-desaparecidos/as y/o asesinados/as como víctimas del terrorismo de Estado. Este homenaje y reparación a las víctimas de la dictadura pertenecientes al CONICET es posible gracias al trabajo realizado por la Comisión de la Memoria del Consejo, creada hace un año especialmente para este fin por resolución de la presidenta del organismo Ana Franchi.   

Los legajos reconstruidos y reparados son los de Dante Guede, integrante de la Carrera de Personal de Apoyo (CPA) en el Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR); Alicia Cardoso, CPA del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE); Liliana Galletti, becaria en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); Mario Oreste Galuppo, becario en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Rosario; Federico Gerardo Ludden, becario de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP; Martín Toursarkissian, investigador en el Museo Argentino de Ciencias Naturales «Bernardino Rivadavia» (MACN); Manuel Ramón Saavedra, bibliotecario en el MACN; y Roberto Luis López Avramo, CPA en el Instituto de Oncología “Ángel H. Roffo».

Durante el homenaje, Ana Frachi, presidenta del CONICET remarcó el rol del Consejo durante la dictadura como organismo del Estado y sostuvo: “Por acción u omisión el CONICET institucionalmente ha sido cómplice de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, los derechos de su propia comunidad”. Luego destacó la tarea que lleva adelante la Comisión de la Memoria del CONICET en la reparación de los archivos y en la reparación de legajos y expresó: “Siguiendo y sistematizando algunos trabajos pioneros, la comisión se propuso reconstruir los procesos que llevaron violentamente a tantas y tantos colegas al exilio, a interrumpir, postergar o abandonar la formación y el trabajo de investigación, a devastar tantas vidas, tantos equipos e instituciones”.

Finalmente, Franchi enfatizó: “El CONICET asume su responsabilidad histórica por lo ocurrido y se compromete a luchar para que nunca más se repita la violencia y la persecución. Es nuestro sentimiento más profundo, es nuestra postura ética por la verdad y la justicia, es nuestro compromiso político por seguir construyendo un organismo democrático que, a través de la investigación científica y tecnológica, aporte a los derechos humanos de todas y de todos. Ahora, y siempre”.

A su vez, durante el acto en el C3, el CONICET también reconoció a quienes fueron cesanteados/as, exonerados/as, exiliados/as, dados/as de baja y a quienes el gobierno militar les impidió continuar con sus investigaciones. En este sentido, el acto se realizó no solo para recordar a aquellas personas que fueron asesinadas o desaparecidas, sino también para subsanar otros daños e injusticias de las que fueron también víctimas los trabajadores/as e investigadores/as del CONICET en el sentido amplio del término y asumir la responsabilidad frente a todas/os aquellas/os que se vieron perjudicadas/os y maltratadas/os por la violencia estatal durante la dictadura: quienes fueron despedidas/os, cesanteadas/os o exoneradas/os; quienes fueron encarceladas/os o tuvieron que partir al exilio interno o externo; quienes a causa de esa persecución no pudieron reunir los requisitos administrativos para obtener su jubilación; o quienes no pudieron completar sus becas, proyectos o tareas.

Por su parte, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, enfatizó que la dictadura “se llevó la vida de todo lo que se le oponía enfrente: si eran trabajadores, mataban trabajadores; estudiantes, mataban estudiantes; si eran abogados defensores de los derechos humanos los mataban, los exiliaban; si eran empresarios los robaban, los torturaban; si eran científicos también los hacían desaparecer. Algo tuvieron en común las dictaduras: a nada le temieron más que al pensamiento, nada fue más peligroso”. Agregó que “el 24 de marzo es el día que más unidos estamos porque tenemos una sola consigna: verdad y justicia” y remarcó que es el momento en que “todas y todos sepamos lo que ocurrió y que hablemos sin medias tintas”.

Estuvieron presentes, Taty Almeida, madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora y Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, quienes manifestaron su emoción con el trabajo de la Comisión de la Memoria del CONICET. Almeida aseguró: “Todo es memoria, tan necesaria, esa memoria que más de una vez quisieron borrar y no lo lograron de ninguna manera jamás. Quedamos muy pocas madres, muy pocas abuelas. Pero estamos tranquilas porque hay una juventud maravillosa, una juventud militante. Yo siempre digo lo mismo, no le tengan miedo a la palabra militancia, compromiso, compañerismo, ayudar al otro como lo hicieron con mi Alejandro”. Mientras que Boitano quien comentó: “A 46 años del golpe genocida, reafirmamos la lucha por nuestra soberanía en la que entra memoria para los 30.000 y justicia para todas y todos. No podemos fallarle a los que no están, a todos los sobrevivientes, no le podemos fallar porque la muerte no fue en vano”.

Filmus destacó el trabajo de CONICET: «Una institución que no se había mirado a sí misma y ahora lo hace. Estamos orgullosos del trabajo encabezado por Ana Franchi y su equipo. No se puede tapar la verdad. Es el inicio de un camino y nos comprometemos a hacerlo. No quiero dejar pasar, ya que veo a Juan Cabandié y a Juliana Cassataro, científica e hija de desaparecidos quien encabeza la vacuna contra el COVID-19, que estamos orgullosos que nuestros investigadores e investigadoras luchen por la vida. Nosotros seguiremos trabajando para que el camino de la memoria, la verdad y la justicia llegue a buen término. Las Madres y Abuelas e Hijos también estuvieron a la cabeza. Les decimos gracias».

A través de un video Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, aseguró: “El CONICET hace un acto especialísimo por el 24 de marzo, fecha nefasta, pero necesario no olvidar, entrega los legajos de los familiares de los 8, hasta ahora, encontrados desaparecidos de esa organización. Les deseo lo mejor y a recordar porque la memoria, la verdad y la justicia no son palabras, sino son nuestro pensamiento de argentinos”. Por su parte, Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz y activista por los Derechos Humanos, comentó: “Quiero decirles con la mente y el corazón que estoy con ustedes. Vamos a recordar, conmemorar el 24 de marzo los que somos sobrevivientes de lo que fue la dictadura. Pero esta dictadura militar no fue solo en Argentina, fue en todo el continente. La comunidad científica no fue ajena a esto, sufrió los embates de la dictadura, cómo fue la Noche de Los Bastones Largos”. Además, aseguró que los actos de conmemoración son importantes para hacer memoria y no quedarse en el pasado: “La memoria nos ilumina el presente y es a través del presente que podemos generar y construir”.

De acuerdo al informe técnico presentado por la Comisión de la Memoria del CONICET a partir de la revisión de todas las resoluciones del CONICET entre 1976 y 1983, en el que se presenta la reconstrucción de ocho biografías y memorias de trabajadores/as desaparecidos/as del CONICET, fueron cientos los casos en los que la/os agentes del organismo debieron autoexpulsarse o autoexiliarse o bien el organismo tomó medidas explícitas de expulsión para con ello/as. Las cifras aun son preliminares, ya que la Comisión continúa trabajando para confirmar con exactitud cuántas personas fueron las víctimas del terrorismo de Estado en el organismo.

Mario Pecheny, Vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET e integrante de la Comisión de la Memoria, compartió la emoción de celebrar un acto que el Directorio del Consejo y la Comisión convocó por la Memoria, Verdad y Justicia para las víctimas del terrorismo de estado del CONICET y “para que nunca más tengan que escribir cartas, como ésta que voy a leer y que forman parte de uno de los legajos que estamos reparando hoy, escrita a mano, con fecha en Buenos Aires 3 de octubre de 1977” afirmó Pecheny, y continuó leyendo e interpelando a los y las presentes con el escrito, ”Sr. Licenciado, acuso de recibo de su telegrama, al respecto le informo que mi hija Alicia Graciela fue secuestrada de su domicilio el día 25 de agosto por personas desconocidas, ignorándose hasta la fecha su paradero, por este motivo, su no concurrencia al instituto no debe ser considerado como abandono de su empleo”.

Por su parte, Isabel Mac Donald, presidenta de la Fundación INNOVA T y también integrante de la Comisión de la Memoria, agradeció al CONICET por invitarla a participar en la Comisión de la Memoria y por acompañar su trayectoria personal y comentó: “Siempre sentí que a este organismo le faltaba algo  y era precisamente esto, un 24 de marzo en un salón con aforo completo para recordar y tener presente ¿qué es lo que había pasado en el país? y ¿qué rol le había tocado jugar a la institución? porque el CONICET con todas las bondades y todas las maravillas que produce y las soluciones que encuentra no había afrontado el hecho de haber sido instrumentada”. La profesora invitó a celebrar en comunidad todo lo que se ha hecho por la memoria desde los diferentes colectivos y sectores: “Celebrar la vida con todas sus fuerzas para poder seguir adelante y construir la Argentina que queremos, una Argentina que nunca más vuelva a vivir una dictadura tan sangrienta, tan horrible, tan frustrante de la que todavía no nos hemos podido recuperar”.

Miguel Laborde, miembro del Directorio del CONICET por la Gran Área de Ciencias Agrarias, de las Ingenierías y Materiales e integrante de la Comisión por la Memoria, resaltó la importancia de la creación de la Comisión y el excelente trabajo que se hizo en la construcción de legajos e investigación y aseguró que de esta manera  el CONICET decide pedir perdón públicamente: “La cuestión es por qué pide perdón, porque durante la dictadura las autoridades del organismo fueron cómplices de la dictadura, obviamente, fue esa pata civil que necesitaban los militares. Permitieron, entre otras cosas importantes negociados con fundaciones y echaron a mucha gente tal como lo hemos verificado a través de la Comisión de la Memoria. Pero también porque ya en democracia, las abuelas cuando se propusieron ver si a través de las muestras de sangre de ellas o de los tíos podían identificar a los nietos secuestrados, tuvieron que ir a buscar ayuda al extranjero, el CONICET les dio la espalda. Recurrieron finalmente al Dr. Penchaszadeh que junto con otro exiliado chileno conectaron a las abuelas con la persona indicada”, Laborde terminó su discurso leyendo un poema escrito por Arturo Vázquez alias el ‘Chaho’ en calidad de padre a un hijo desaparecido.

A su turno, Graciela Borreda, integrante de la Comisión de la Memoria, se presentó como trabajadora, delegada de ATE CONICET y familiar de detenido desaparecido, expresó: ”Este 24 de marzo nos convoca de manera especial, porque por primera vez, luego de casi cuatro décadas, el organismo inicia un proceso de reconstrucción de su memoria histórica, de sus responsabilidades y de los compromisos que asume hacia el futuro” y compartió que ”el trabajo de la comisión nos llevó a repasar la historia vivida, dentro y fuera del CONICET, buscar la verdad para mantener viva la memoria y así comenzar a poner luz sobre la larga noche de la dictadura en el CONICET”.

En esa línea, Leandro Lora Fariña, Becario del CONICET e integrante de la Comisión de la Memoria, interpelado desde su rol de colega reflexionó: “Acá estamos, como profesionales y trabajadores y trabajadoras de la ciencia, en activa y profunda movilización” y afirmó que las historias que hoy se recuerdan son las de ocho colegas, de distintas disciplinas, con múltiples trabajos, “esta comunión que nos da sabernos parte de un mismo colectivo, nos obliga a pensarnos y reconocernos, porque en cada una de esas historias que recuperamos encontramos un espejo en el cual mirarnos”. 

Luego, Horacio Pietragalla Corti, titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, expresó: “Esto que sucede aquí es lo que nos hace diferente como país y como Estado ante los golpes de Estado que sufrió toda la región. En cada ámbito de trabajo se reconoce a cada trabajador, a cada trabajadora detenida desaparecida; en cada pueblo de nuestro país hoy hay un homenaje”.

Y agregó: “No es un partido político el que dice que hubo un genocidio y delitos de lesa humanidad: lo dice la Justicia; nos condenaron fallos de organismos internacionales en las épocas de impunidad. Los sectores que quieren venir a manchar la Memoria, la Verdad, la Justicia, la lucha de nuestras Madres, los Hijos y los 30.000, quieren hacernos caer en la trampa. Pero tenemos que mirarlos a ellos, los que no están, nuestros seres queridos, que pusieron el patrimonio más grande que tiene un ser humano: la propia vida, a disposición de la resistencia a ese modelo económico que iba a instalar la dictadura”.

Estuvieron presentes, Juan Manzur, jefe de Gabinete de Ministros; Santiago Cafiero, ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; Juan Cabandié, ministro de de Ambiente y desarrollo sostenible; Tristán Bauer, ministro de Cultura; Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social; Jaime Perczyk, ministro de Educación; Martín Soria, ministro de Justicia y Derechos Humanos; Carla Vizzotti, ministra de Salud; Claudio Moroni; ministro de Trabajo, empleo y seguridad social; Andrea Pochak, titular de la Subsecretaría de Protección y Enlace Internacional en Derechos Humanos; Vilma Ibarra, titular de la Secretaría Legal y Técnica de la Nación; Gustavo Béliz, secretario de Asunto Estratégicos; Ana Castellani, titular de la Secretaría de Gestión y Empleo Público y, entre otras autoridades nacionales.

Por parte del CONICET, estuvieron los miembros del Directorio: Roberto Rivarola; Graciela Ciccia, Luz Lardone, directores/as, vicedirectores/as de Centros Científicos Tecnológicos del Consejo e Institutos de todo el país, gerentes/as, autoridades del organismo y miembros de la comunidad científica.

Además, estuvieron presentes Fernando Peirano, titular de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, Juan Pablo Paz, Secretario de Articulación Científico Tecnológica del MINCyT y Pablo Nuñez, subsecretario de Coordinación Institucional del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Además, estuvieron presentes rectores/as y decanos/as de Universidades Nacionales y autoridades de organismos de ciencia y tecnología.

Al finalizar el acto, en la explanada del Polo Científico se descubrió una placa en homenaje a los ocho integrantes del organismo víctimas del terrorismo de Estado de quienes se repararon y reconstruyeron los legajos. Asimismo, se inauguró una intervención artística realizada alrededor de las consignas “Verdad”, “Justicia”, “Reparación”, “Memoria” y “Nunca Màs”, como símbolo del compromiso asumido por el CONICET a través de este acto, de no claudicar en el ejercicio de la memoria.