Nuestro país está atravesando desde hace algunos años un período de crecimiento sostenido que nos plantea desafíos y oportunidades diferentes de los que debimos encarar para salir de la crisis. Este nuevo contexto nos permite empezar a pensar a largo plazo en consolidar un modelo de desarrollo con más crecimiento pero también con justicia social.
Para alcanzar esos dos objetivos es necesario consensuar políticas de Estado a largo plazo que trasciendan la duración de una gestión y tracen un marco de previsibilidad para todos.
Un consenso amplio debe contemplar no sólo las diferentes perspectivas y tradiciones políticas y los diferentes sectores sociales y productivos, sino que también debe asignar un papel central a las perspectivas de las provincias y las diferentes problemáticas regionales.
El Senado es el escenario natural para producir esos debates y articular los consensos necesarios para que las políticas nacionales vayan de la mano con las posibilidades de implementación de cada región.
Un ejemplo de lo planteado son las políticas de preservación del medio ambiente. La Constitución Nacional establece que la propiedad y el control de los recursos naturales corresponde a las provincias. Esto no exime al Estado Nacional de establecer pautas generales tendientes al bien común en un tema absolutamente crucial. Está claro por otra parte que la naturaleza no responde a las divisiones políticas del mapa y que es vital fijar umbrales de protección que valgan para todos y que todos puedan comprometerse a respetar, asignando las compensaciones necesarias donde corresponda.
La reciente ley de bosques puede ser tomada como un caso testigo en la materia tanto por su carácter de avanzada en el tratamiento del medio ambiente como por el consenso alcanzado. Es el camino a seguir en muchos otros temas de importancia capital para el desarrollo integral de nuestra Nación: desde la cuestión energética hasta la inversión educativa, desde el desarrollo del turismo hasta la coparticipación.
Los senadores debemos articular estos consensos, para dar mayor sustento y previsibilidad a las políticas de Estado. Atendiendo a las necesidades de nuestros respectivos distritos y al interés nacional, para consolidar un modelo de desarrollo que integre y garantice igualdad de oportunidades a todos los argentinos, sea cual fuere su origen social o su lugar de nacimiento. Esa hoy nuestra gran oportunidad y nuestro mayor desafío.
Daniel Filmus