Tiempo Argentino 06.03.2013 | Por Daniel Filmus
En el día de ayer se nos fue físicamente un líder que ha transformado la historia de la región, que lideró un pueblo para construir una sociedad más justa y desafió los intereses imperialistas. Más allá del acuerdo que cada uno de nosotros pueda tener con las políticas que aplicó, nadie podrá negar que, con la llegada de Hugo Chávez, la historia de la República Bolivariana de Venezuela cambió para siempre y que ya nunca será igual sin él.
Chávez trabajó incansablemente junto a Lula, Evo, Correa y Néstor en la construcción, en primer lugar, de la Unasur, y luego en la decisión histórica de Venezuela de integrarse al Mercosur, que lo constituyó en la quinta economía del mundo.
Sabemos que su muerte repercutirá enormemente desde la perspectiva del dolor, por no tenerlo más entre nosotros, pero esperamos que no afecte de ninguna manera en la importantísima presencia de Venezuela en el Mercosur. Asimismo, estamos convencidos de que el pueblo venezolano va a seguir –como mostró en las últimas elecciones– apoyando el proceso de liberación y transformación que él encabezó, ya que todos los datos parecen mostrar –y esto lo acepta hasta la oposición– que el pueblo va a seguir fiel al camino que trazó Hugo Chávez y que apoyará la misión de quién él delegó para continuar su legado, Nicolás Maduro.
Tuve la oportunidad única de compartir con él un largo día de reportaje. Viendo el video de la nota uno se da cuenta de que estamos hablando de un hombre que, al igual que Néstor Kirchner, puso primero sus ideales a costa –incluso– de su propia vida. Él sabía el riesgo que corría cuando jamás bajó el ritmo aún sabiendo de su enfermedad. Por eso, y por mucho más, su pueblo nunca lo olvidará y América Latina tampoco.
Tuve la oportunidad única de compartir con él un largo día de reportaje. Viendo el video de la nota uno se da cuenta de que estamos hablando de un hombre que, al igual que Néstor Kirchner, puso primero sus ideales a costa –incluso– de su propia vida. Él sabía el riesgo que corría cuando jamás bajó el ritmo aún sabiendo de su enfermedad. Por eso, y por mucho más, su pueblo nunca lo olvidará y América Latina tampoco.