Señor presidente: quiero comenzar con la lectura de un pequeño párrafo del Principio 1° de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos respecto de la libertad de expresión.Dice así: «La libertad de expresión en todas sus formas y manifestaciones es un derecho fundamental, inalienable, inherente a todas las personas. Es, además, un requisito indispensable para la existencia misma de una sociedad democrática.»
Señor presidente: justamente porque es así, porque sin libertad de expresión no hay sociedad democrática y porque la democracia, la República, el pueblo, la Nación, están por delante de cualquier otro interés, creo que el debate que hoy se tiene, con aportes interesantísimos y con una polémica profunda y sin límite de tiempo, lo cual me parece excelente porque para eso estamos acá, es de carácter central. Y el senador que les habla, como imagino que todos los senadores que aquí se encuentran, no sacrificaría la libertad de expresión, porque es la esencia misma de la democracia, por ningún apoyo coyuntural a ningún gobierno de turno, ni aun al propio. Con esto quiero decir que este senador, como el resto de los que están acá, condenaría cualquier tipo de cercenamiento de la libertad de expresión aunque el gobierno sea de su propia fuerza política.
Esto me parece que hay que tenerlo claro. Y si se tiene claro y efectivamente es así, ya que es un elemento central con el que no se puede jugar porque hace a la esencia de la democracia, a que podamos estar aquí y a que hayamos dejado atrás un siglo XX donde hubo más tiempo de dictaduras que de democracia, convoco a todos a apoyar sin aditamentos el acuerdo al que se llegó en la Comisión en el día hoy. Reunión a la que los miembros de la Comisión de Educación no asistimos porque estábamos en el Ministerio de Educación y Cultura discutiendo con el ministro las políticas educativas y la agenda parlamentaria. De no haber sido por ese compromiso, habríamos estado allí apoyando el debate y la condena a cualquier agresión anónima que sufra un periodista. Además, lo hubiéramos realizado personalmente como, de hecho, lo hicimos